Génesis 31:14–16
“Raquel y Lía le respondieron: Nosotras no podemos ya esperar que nuestro padre nos dé ninguna herencia, pues nos considera unas extrañas. No solo nos vendió como cualquier mercancía, sino que también se aprovechó de lo que trabajaste por nosotras. Toda la riqueza que Dios le ha quitado a nuestro padre, es nuestra y de nuestros hijos. Así que haz todo lo que Dios te diga.”
La esclavitud es un estado en el cual la persona no puede vivir, ni actuar en Libertad. No tiene Derechos propios. No tiene posesión económica. No puede elevar su posición social ni poseer ningún territorio por voluntad Propia.
La esclavitud toma muchas formas y el ente esclavizante cautiva en varias facetas.
Hay esclavos en el cuerpo.
Hay esclavos en la mente.
Hay esclavos en el alma.
Hay esclavos en la economía.
Hay esclavos de su mal carácter.
Hay esclavos de su herencia.
Hay esclavos de sus decisiones y consecuencias.
Hay esclavos de su mala consciencia.
Hay esclavos de hábitos y malas Pasiones, y muchos otros.
El espíritu de Labán sigue operando para destrucción de Propósitos. Pero Dios está llamando a los Jacob a la libertad.
La Promesa y la Bendición de Dios pudren el Yugo de Labán.
JACOB no era cualquiera, era el nieto de Abraham. Aquel que era amigo del Todopoderoso. Sin embargo todos sabemos la vida de Jacob. Pero aunque entre tropiezos y desaciertos, Jacob había alcanzado arrebatarle a Su Padre la Bendición y también le arrebató la Bendición a Dios. Así que Jacob era doblemente bendecido. Pero ahora era esclavo de LABÁN.
LABÁN hizo con él como quiso.
¡Hasta un día como hoy!
Un día Jacob se levantó y determinó salir del perímetro de LABÁN y de empoderarse de la Promesa que era suya y que tenía tiempo guardada. La semilla de fe dentro de él, brotó.
Salió rico de aquel lugar, tomó su familia y fue en busca de asir aquello que por derecho le correspondía.
Es posible ser totalmente libre y totalmente bendecido.
Mucha gente quiere ser libre, pero le tienen mucho afecto a sus cadenas y a sus verdugos.
Otros le tienen miedo.
Otros se acostumbraron a esa vida.
Otros no están dispuestos a pelear más.
Otros ya se rindieron a su esclavitud.
LABÁN persigue a Jacob y es ahí donde Dios se mete y le dice:
“Ni siquiera le Vas a hablar ásperamente”
Porque cuando tú decides salir de las Garras de tu Labán, Dios te respalda. Porque tú decisión el Reino la Respeta y la apoya.
¡Tú puedes ser Libre de Labán!
Dios sacó a relucir su Paternidad y defendió a su hijo, por muy equivocado que haya vivido durante toda su vida. Esto pasó cuando Jacob decidió no ser más esclavo.
Sal de ese hato de cerdos, huye de esa sodoma, escapa de las Garras de Dalila y apártate de Labán que tú no naciste para ser esclavo de un sistema diabólico y represor, Tú eres hijo de Dios, tú oras y el cielo oye y responde, tu usas la unción y hay milagros. Tú rompes los sistemas de las tinieblas, de corrupción, de estafas y sales del perímetro de la esclavitud.