Salmos 126.5-6
“Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Irá andando y el que lleva la preciosa semilla; Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.”
Hay momentos en los que nos sentimos cansados porque pareciera que todo nuestro esfuerzo fuera en vano y los resultados nunca fueran a llegar.
Sin embargo ese tipo de procesos es una oportunidad perfecta para desarrollar en nuestro carácter, fe y paciencia; teniendo la seguridad de que todo lo que hemos sembrado dará su fruto llegado el tiempo.
Juan 4.35
“Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega.”
Cada oración por nuestras familias, hijos y todos aquellos que hayamos llevado ante el altar del Dios todo poderoso, en su tiempo darán un fruto maravilloso y todo aquello por lo que hemos clamado lo veremos llegar.
Lucas 18.1
“También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar.”
El esfuerzo entregado trabajando día y noche, luchando por salir adelante, es tomado en cuenta por Dios quien los recompensara en la justa medida en la que han dado incluso más de los que se les pedía.
Las lágrimas que un día derramaron no se compararan con la alegría de ver su recompensa pues Dios no olvida ninguno de sus sacrificios.