Josué 1:9
Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas.
Salmos 31:24
Cobren ánimo y ármense de valor, todos los que en el Señor esperan.
Proverbios 3:5-6
Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas.
2 Corintios 1:3-4
Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que, con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren.
Juan 16:33
Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.
2 Timoteo 1:7
Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio.
Salmos 119:50
Este es mi consuelo en medio del dolor: que tu promesa me da vida
Salmos 120:1
En mi angustia invoqué al Señor, y él me respondió.
Isaías 40:31
Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán.
1 Tesalonicenses 5:11
Por eso, anímense y edifíquense unos a otros, tal como lo vienen haciendo.
Deuteronomio 31:8
El Señor mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes
Mateo 11:28
Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso.
Salmos 31:24
Cobren ánimo y ármense de valor, todos los que en el Señor esperan.
Salmos 32:8
El Señor dice: «Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré consejos y velaré por ti.
1 Corintios 16:13
Manténganse alerta; permanezcan firmes en la fe; sean valientes y fuertes.
Romanos 8:31
¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra?
2 Corintios 4:16
Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día.
2 Corintios 1:5
Pues, así como participamos abundantemente en los sufrimientos de Cristo, así también por medio de él tenemos abundante consuelo.
Nahúm 1:7
Bueno es el Señor; es refugio en el día de la angustia, y protector de los que en él confían.
Efesios 6:10
Por último, fortalézcanse con el gran poder del Señor.