Job 2:9-10.
“Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete. Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.”
En la lectura de hoy, notamos que Job tenía una profunda convicción, de quién era Dios, estaba seguro de su fidelidad, porque entendía la grandeza y el señorío de Dios, porque cuando tú conoces el señorío de Dios, tú no le sirves por lo que te da, sino por quién es él.
Él le dice a la esposa, que se portaba como cualquier mujer fatua, cosa que lo sorprende, porque no era propio de la esposa de un ministro del calibre De Job.
El dice:. Qué? Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos?
El estaba convencido de que la vida tiene dos orillas, y en ambas debemos mostrar fidelidad; el sabio Salomón dijo:
En el día del bien goza del bien; y en el día de la adversidad considera. Dios hizo tanto lo uno como lo otro, a fin de que el hombre nada halle después de él.
Eclesiastés 7:14.
PROTESTAR O ADORAR?
Somos más tendientes a PROTESTAR que a adorar.
Allá en el mar rojo hay una gran lección acerca de la grandeza de Dios.
Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis. Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos.
Éxodo 14:13-14.
En esta orilla es la orilla de la protesta, de la incertidumbre, de la angustia, de la desesperación, ellos veían que la muerte se acercaba a ellos y no veían ninguna salida, pero ya habían olvidado las maravillas que Dios había hecho en Egipto, pero Dios los entendió, y les dio una gran lección de su grandeza.
Abrió las aguas los pasó a la otra orilla.
LA ORILLA DE LA CELEBRACIÓN
Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico a Jehová, y dijeron: Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado grandemente; Ha echado en el mar al caballo y al jinete. Jehová es mi fortaleza y mi cántico, Y ha sido mi salvación. Este es mi Dios, y lo alabaré; Dios de mi padre, y lo enalteceré.
Éxodo 15:1-2.
Vemos como el pueblo alaba a Dios, y engrandece su nombre y su señorío.
Más tarde al pueblo le faltó el agua, pero ellos no dijeron: si Dios hubiera querido que muriéramos, nos hubiera dejado matar por los Egipcios, así que yo creo que ese mismo Dios que nos libró de la mano de Faraón, nos librará esta vez, él va a hacer algo; No ellos prefirieron protestar, blasfemar, porque así somos los seres humanos, es mejor dejar salir la soberbia, la rebeldía, que adorar y esperar en Dios.
Salomón dijo: que Dios hizo ambas cosas; el bien y la adversidad, pero las dos tienen el mismo propósito, reconocer la grandeza de Dios, que no somos capaces de caminar solos, sin Dios, nada encontraremos fuera de él.
Job lo sabía, él entendió que todo aquello tenía un propósito y que de Dios vienen todas las cosas.