1 Corintios 3:9
“Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.”
No es sorprendente que Dios nos permita trabajar con él para realizar grandes cosas para su reino? En realidad, Dios podría haber llamado a sus ángeles para realizar aquello que nos encarga a nosotros. Para llevar a cabo su obra, podría haber escogido un método que requiriese menos trato con la testarudez y las excusas; pero Dios eligió usarnos a nosotros, su creación humana. ¡Qué privilegio tan maravilloso tenemos!
Dios no solo escoge usarnos en su obra; también sigue obrando en nuestras vidas para moldearnos en las obras maestras que ha planeado. Cuanto más le permitimos hacer en nosotros, más será capaz de realizar por medio de nosotros.
Es importante que tomemos conciencia de que Dios quiere obrar en y por medio de nosotros durante toda nuestra vida. No estaremos completos hasta llegar al cielo, donde veremos a Cristo tal como él es. Si nos conformamos con lo que somos estando aún en la tierra, esto es orgullo, el principio de nuestra perdición.
Cuanto más satisfechos estemos con nuestra madurez espiritual, menos podrá Dios usarnos. Hemos de luchar a diario para ser más como Cristo si deseamos ser útiles para Dios.