Marcos 11:24
“Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.”
La fe no consiste en lograr, mediante la fuerza de voluntad, un tipo de certeza de que algo va a suceder. Más bien consiste en ver, como un hecho, que Dios ha dicho que tal cosa va a suceder, y que eso es verdad. Luego nos regocijamos en aquello que sabemos que es verdad. Simplemente, consiste en descansar y entrar en eso porque Dios lo ha dicho.
La fe convierte una promesa en profecía. Mientras algo es una promesa, depende de nuestra cooperación. Puede suceder o no. Pero cuando la fe lo reclama, se convierte en una profecía y avanzamos sintiendo que es algo que ha de realizarse porque Dios no puede mentir.
La fe es la respuesta desde el trono que dice: hecho está. Es un eco de la voz de Dios. Atrapemos esto que desciende de lo alto. Repitámoslo y salgamos a triunfar en su glorioso poder.
Escucha la respuesta desde el trono.
Reclámala, tú que dudas.
Dios ha hablado: hecho está.
La fe ha contestado: hecho está.
Terminó la oración, comienza la alabanza.
Gloria al Señor, porque hecho está.