Salmos 102:1-2
“Jehová, escucha mi oración, y llegue a ti mi clamor. No escondas de mí tu rostro en el día de mi angustia; Inclina a mí tu oído; apresúrate a responderme el día que te invocare.”
Como seguidores y creyentes de Dios, la oración es muy importante en cualquier ocasión, sobre todo cuando nos sentimos perseguidos, llenos de temor o en medio de dificultades.
Dios está para sus hijos en todo momento, pero en tiempos de dificultad su oído se mantendrá atento al clamor y peticiones de los creyentes.
Es por eso que no debemos descuidar la oración, y mucho menos creer que Dios no está interesado en nuestros asuntos, pues como Padre le interesa todo lo que tenga que ver con sus hijos.
Oración:
Señor, aún cuando piense que mi clamor no ha llegado a Tus oídos, o aún cuando sienta que por algún motivo, no estás presente en mi vida, ayúdame a recordar que Tu inmenso amor no da lugar al abandono y que Tu poder es perfecto y suficiente para cualquiera de mis problemas.