2 Crónicas 20:6
“y dijo: Jehová Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y tienes dominio sobre todos los reinos de las naciones? ¿No está en tu mano tal fuerza y poder, que no hay quien te resista?”
Cuando el rey Josafat tenía un problema, iba al Señor. Pero él no iba al Señor y solo hablaba sobre su problema; Él iba al Señor y le decía quién era Él. En lugar de simplemente hablar con Dios acerca de nuestros problemas, también necesitamos hablar con Él acerca quien es Él.
Nosotros necesitamos hablar con Él sobre lo maravilloso que es, lo bueno que ha sido con nosotros, lo que ha hecho en el pasado y lo que sabemos que puede hacer por Su grandeza. Después de haberlo alabado y adorado de esta manera, entonces podemos hablar sobre el problema.
Puedo pensar en algunas personas que solo me llaman cuando tienen problemas, y eso me duele porque siento que no están interesados en mí, pero solo en lo que puedo hacer por ellos. Estoy seguro de que has experimentado esto y te has sentido de la misma manera. Estas personas pueden llamarse mis amigos, pero en la realidad no lo son.
Ciertamente, los amigos están para los tiempos difíciles, pero esas no son las únicas veces para las que ellos están. Los amigos también son para los buenos tiempos. Nosotros necesitamos pasar tiempo no solo hablando con nuestros amigos sobre nuestros problemas, pero también animándolos, mostrándoles aprecio y apoyándolos con palabras y acciones.
Cuando pases tiempo con Dios hoy, asegúrate de hablar con Él acerca Él mismo y todo lo bueno que Él hace por ti antes de que menciones tus problemas. Abraham era un amigo de Dios. Yo quiero ser amiga de Dios también y creo que tú también. Dios no es simplemente nuestro solucionador de problemas; Él es nuestro todo.
Habla con Dios acerca de Él antes de hablar con Él acerca de ti.