El libro de los salmos está repleto de versos, canciones y millones de corazones agradecidos con el Padre por lo que ha hecho por ellos a lo largo de sus vidas.
Salmos 3.4
Con mi voz clamé a Yahveh, y él me respondió desde su monte santo. Selah
Salmos 4.4
Temblad, y no pequéis; meditad en vuestro corazón estando en vuestra cama, y callad. Selah
Salmos 5.7
Mas yo por la abundancia de tu misericordia entraré en tu casa; adoraré hacia tu santo templo en tu temor.
Salmos 5.11
Pero alégrense todos los que en ti confían; den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes; en ti se regocijen los que aman tu nombre.
Salmos 8.9
!!Oh Yahveh, Señor nuestro, cuán grande es tu nombre en toda la tierra!
Salmos 9.10
En ti confiarán los que conocen tu nombre, por cuanto tú, oh Yahveh, no desamparaste a los que te buscaron.
Salmos 12.6
Las palabras de Yahveh son palabras limpias, como plata refinada en horno de tierra,
purificada siete veces.