Lucas 9:18-22
Un día Yahshúa estaba orando en privado, sus discipulos estaban con El, y El les preguntó: “¿Quién dice la gente que soy? Ellos respondieron: “Unos, que Juan el que sumerge en agua; pero otros dicen que Elias, y otros que algún profeta de los antiguos se ha levantado.” “Pero ustedes,” les dijo a ellos: “¿Quién dicen ustedes que soy?” Pedro respondió: “¡El Mesías de YAHWEH!”, sin embargo, El, advirtiéndoles, les ordenó que no dijeran esto a nadie, añadiendo: “El Ben Ha Adam tiene que soportar mucho sufrimiento y ser rechazado por los ancianos, por los principales Sacerdotes y por los maestros de la Toráh; tiene que ser llevado a la muerte; pero al tercer día, tiene que ser levantado a vida.”
Amén!
De esta porción de la Palabra podemos tener las siguientes reflexiones:
1) Yahsuah había ido a un lugar apartado para orar. Escogió el momento y lugar íntimo a pesar de estar rodeado o acompañado de otras personas (discípulos). Esto indica la importancia de la oración.
Así debemos de ser cada uno de nosotros. Independiente de si estamos con otras personas, aun en nuestras casas, trabajo, etc., debemos de buscar ese espacio de intimidad con Él.
2) Cuando Yahsuah le pregunta a sus discípulos que piensan ellos quién es Él. Así también nos puede preguntar Él u otra persona acerca de su identidad. Nuestra respuesta sin vacilar debe de ser: Nuestro amigo, confidente, sanador, maestro, entre otras cosas. Pero para ello y conocerlo en toda su magnitud debemos de estar en intimidad (oración) con Él y además adentrarnos y vivir Su bendita Torah para poder conocer y poner en práctica sus mandamientos.
Amén.