Lucas 9.23
Por tal razón Jesús dijo lo siguiente: “Si alguno quiere ser mi discípulo niéguese así mismo tome su cruz cada día y sígame”.
En el verso ya citado vemos algo interesante con respecto a la santidad y es que todo aquel que quiere vivir en santidad tiene que sacrificar algo, vemos que dice el verso “… cada día.” y es que la santidad implica un proceso diario.
Eso también tiene que ver con el desprendimiento, de cortarme la mano derecha o sacarme el ojo derecho y eso no es de manera literal, más bien tiene que ver con reconocer aquellas cosas en las cuales somos débiles y pueden hacernos pecar, lo que debemos hacer es cortar con ellas. Leer Mateo 5:29-30
La santidad es un llamado para todo aquel que profesa la fe en Yahweh, vemos este llamado a lo largo de las Escrituras, este es el llamado de Dios para nosotros.
1 Tesalonisenses 4.7
“Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación.”
Es nuestra responsabilidad de vivir en santidad delante de Dios, de apartarnos de toda apariencia de pecado, ya que en nosotros mora su Santo Espíritu quien nos ayuda en nuestras debilidades y también en nuestra santificación.
Muchas veces la imposición del hombre en cuanto a la santidad se refiere, no logra su cometido; pues el individuo cambiará por complacerle y no por una convicción que haya recibido de parte de Dios.
Nuestra santidad se perfecciona cuando caminamos bajo el temor de Dios, esto significa que amaremos lo que Él ama y odiaremos lo que Él odia. Leer 2 corintios 7:1.