1 Corintios 7.13-14
“Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone. Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos.”
En muchas congregaciones en todo el mundo, muchas mujeres están casadas con hombres que no creen en Yahshua. Esta es una situación muy difícil. Sin embargo, es alentador recordar que, hace dos mil años, mujeres seguidoras del Mesías se encontraban en la misma situación.
Es aún más alentador saber que Dios inspiró palabras para mujeres que se encuentran en esta circunstancia.
El apóstol Pablo comenzó a dar algunos consejos a los matrimonios y en 1 Co. 7:10-11 le escribe a los que están en “matrimonios mixtos” (creyente con inconverso) a permanecer en ese matrimonio, de posible, por el beneficio espiritual del esposo inconverso (1 Co. 7:12-16).
Nota que Dios exige a la creyente que permanezca casada con su esposo no-creyente mientras que él consienta. ¡Pablo da una orden absoluta a la esposa creyente en esta situación: “No lo abandone” (1 Co. 7:13)!
Aparentemente, algunos creyentes en la iglesia de Corinto estaban usando sus creencias religiosas como un escape de una relación difícil. Con las leyes poco exigentes de divorcio en nuestra cultura, incompatibilidad de convicción religiosa ciertamente sería una salida fácil.
No obstante, Pablo prohíbe a los creyentes pensar que la fe en el Evangelio se puede usar como excusa para el divorcio.