Proverbios 3:5-6
Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas. (Proverbios 3:5-6)
Salmos 23:4
Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado; tu vara de pastor me reconforta. (Salmos 23:4)
Juan 16:33
Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo. (Juan 16:33)
Salmos 27:1
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida; ¿quién podrá amedrentarme? (Salmos 27:1)
Salmos 32:8
El Señor dice: Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir, yo te daré consejos y velaré por ti. (Salmos 32:8)
Salmos 120:1
En mi angustia invoqué al Señor, y él me respondió. (Salmos 120:1)
Isaías 40:31
Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas, volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán. (Isaías 40:31)
1 Tesalonicenses 5:11
Por eso, anímense y edifíquense unos a otros, tal como lo vienen haciendo. (1 Tesalonicenses 5:11)
2 Timoteo 1:7
Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio. (2 Timoteo 1:7)
Salmos 119:50
Este es mi consuelo en medio del dolor: que tu promesa me da vida. (Salmos 119:50)
Deuteronomio 31:8
El Señor mismo marchará al frente de ti y estará contigo, nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes. (Deuteronomio 31:8)
2 Corintios 1:3-4
Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que, con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren. (2 Corintios 1:3-4)