1 Corintios 15:58
“Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano”
En 2 Timoteo 2:6, Pablo compara la obra de un ministro del evangelio con la de un agricultor. Le escribió a Timoteo que, como en la agricultura, hacer discípulos puede ser una labor difícil e incesante. Aras, siembras, esperas, oras. Deseas ver pronto los frutos de tu trabajo, pero el crecimiento lleva tiempo.
Y, como lo ilustra acertadamente el proverbio chino, cualquier esfuerzo para acelerar el proceso será inútil. William Hendriksen declara: “Si Timoteo … se esfuerza al máximo para llevar a cabo la tarea espiritual que Dios le ha encomendado, … verá en la vida de los demás … el principio de ese fruto glorioso que se menciona en Gálatas 5:22-23”.
Mientras trabajamos fielmente, esperamos con paciencia en el Señor, quien hace que las cosas crezcan (1 Corintios 3:7).