Nuestro Padre Celestial sondea nuestro corazón como nadie, Él conoce lo que nos abate, lo que nos roba la paz, lo que nos perturba y angustia y lo que nos hace temer. Y es tan bueno nuestro Señor, que habiendo ya recorrido cada camino de nuestro corazón, incluso antes de recorrerlos nosotros mismos, nos pide una sola cosa: Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Si, solo nos pide eso: que vayamos a Él con alegría plena porque Él nos sostiene, que vayamos a Él con una Fe fuerte, porque solo Él logra imposibles, que vayamos a Él con renovado amor, pues Él nos amó primero. Hagamos hoy esa elección, vayamos siempre con nuestras cargas, sólo a Él.
Oración:
Señor, Te agradezco por este nuevo día y por todas las cosas que el me traerá. Te pido que me dejes tomar Tu mano y aumentes mi confianza en Ti, de forma que no olvide que camino a Tu lado y que jamás me dejarás caer, pues eres Tu el único que puede satisfacer los anhelos más profundos de mi corazón, y darme la fortaleza y el valor para no temer en medio de la prueba. Y es que los temores y las preocupaciones se apagan ante la gloriosa luz de Tu presencia, Padre, por que Tu eres mayor que cualquier problema y ninguna solución parece imposible, si ella proviene de Tus manos poderosas e infalibles.