Lucas 12:27-28
“Considerad los lirios, cómo crecen; no trabajan, ni hilan; mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. Y si así viste Dios la hierba que hoy está en el campo, y mañana es echada al horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe? “
Si Dios hace las flores, cada tipo exclusivo y hermoso, y si envía la lluvia y el sol para suplir sus necesidades, ¿no cuidará también de ti? La perfección de la naturaleza, su sincronía y su creación maravillosas son muestras no sólo de Su grandioso poder sino también de Su carácter amoroso y cuidadoso, para hacerlo todo, en la proporción necesaria, en el equilibrio suficiente para cuidar y dar cuenta de cada uno de sus hijos.
Por ello en los días más retadores, en las circunstancias más apremiantes, en las tormentas que parecen más devastadores, recuerda que Él te hizo. Y el Padre ama aquello que hace. Y lo cuida. Fuimos hechas a su imagen. Los seres humanos son de mayor estima para Dios que el resto de su creación. Descansa en él. Confía en él. Así como él cuida de las aves del cielo y de las flores de las praderas, también se encarga de cuidar a sus hijos e hijas. Deja que lo haga.