Señor, como David, necesito tu aliento en tiempos de prueba y angustia, y sé que como el Padre amoroso y misericordioso que eres, no tardarás en abrirme Tus brazos y sostenerme en medio de la dificultad. Por ello agradezco la bendición de Tu presencia constante en mi vida, Padre y Te doy gracias por estar siempre cerca y por rescatarme siempre de mis miedos y heridas del pasado.
Y en medio de la angustia, clamo a Ti Señor, para que me ayudes a recordar que el amanecer puede estar cerca, que ninguna prueba durará para siempre, ni será mayor a Tu poder infalible. Por ello, fortalece mi fe, mi mente, revísteme con tu armadura para que contigo pueda vencer el día malo. Tuyo es el poder, la gloria y el honor por siempre, Señor, En el nombre de Jesús, Amén