Filipenses 3:12-14
“Olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”
En las escrituras de hoy, observamos como el apóstol Pablo se mantuvo siempre firme en la esencia de lo que Dios quería que fuese e hiciese.
Ya sea perdido en naufragio sobre el mediterráneo, razonando con filósofos en Atenas o preso y encadenado, Pablo centró sus esfuerzos en su llamado a conocer a Cristo, estimando este fin como el más alto al afirmar: “estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él” (Filipenses 3:8-9)
La lección brindada por Pablo es juntar nuestra esencia con el deseo de conocer cada vez más del Señor, de acercarnos a Él y dirigirnos por las sendas que nos revela Su palabra.
De esa forma, continuemos firmes al propósito al que hemos sigo llamados, recordando siempre que en ese propósito debemos ser fieles a ser y actuar como seguidores ejemplares del Señor, prosiguiendo la meta, como dijo Pablo “al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:14)