La clave detrás de la bendición es el Sacrificio. La Santidad es gratis pero tuvo un alto costo, el sacrificio de Jesús.
Lo que se obtiene sin sacrificio, se pierde muy pronto.
Esta nueva generación no entiende de sacrificios. Les cuesta soltar un teléfono, tablet o una TV por un tiempo prolongado, les cuesta dejar redes sociales, les cuesta ayunar de aquellas cosas que les alimentan el alma.
Los aposentos del Ser son dos: La Mente y El Corazón.
En la Mente: Moran las ideas, los pensamientos, lo creativo, lo ingenioso, el razonamiento, la lógica, la inteligencia, las capacidades y otras virtudes… debemos sujetarse todas ellas a la voluntad de Dios y para que tomen su lugar.
Porque toda virtud humana se sujeta al Propósito de Dios y a su Voluntad.
En el Corazón: Están los sentimientos, el autoestima, el ego, la seguridad, el carácter, la identidad, el vigor, la voluntad, la decisión y otros motores de vida, pero al igual que con los inquilinos de la mente, hay que ubicarlos muy bien dentro de su espacio para que no entorpezcan con la voluntad de Dios.
Hay cosas que debes hacer y no entenderás el porqué ahora mismo, como le dijo Jesús a Pedro; pero descubrirás en el camino que hay propósito en todo lo que haces, dices, piensas, siembras, actúas y callas.
Para ti es una ventana común, para Dios es un punto de comunión y acceso que debe permanecer abierto.