Lucas 5:4
“Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro”
Mucha gente no está logrando su propósito por estar anclados tanto tiempo en el puerto.
Pedro hizo lo necesario para estar listo y salir nuevamente.
Ver a un Pedro lavar las redes luego de una noche de fracaso nos dice que Pedro se decía a sí mismo: “Ayer fracasé, pero volveré a salir”.
Era un acto de fe, era un reto a sí mismo. Él sabía que barco en puerto no pesca.
Hay que ir a las profundidades de la revelación, de la verdad, del llamado, de lo extraordinario. “Bogar” es la acción de remar con fuerza cada vez más lejos del puerto. “Mientras más lejos la barca (vida) esté del puerto, más fe desarrolla el alma”.
Pero hay que surcar en la dirección que Jesús determinó.
La dirección de Pedro la noche anterior no trajo ningún resultado, ahora hacia donde Jesús dirigía la barca, hacia allá también se dirigían los peces.
Pedro operó en todas las acciones bajo la dirección de Jesús. Miremos los actos proféticos que desataron su milagro:
-Fue él quien lavó la red.
– Fue él quien preparó la barca.
-Fue él quien abandonó su puerto seguro por fe.
-Fue él quien remó a mar profundo, solo por una palabra.
-Fue él quien dejó su fracaso atrás de noches improductivas.
-Fue él quien arrojó la red.
Ahora bien, hacer todo esto con tus fuerzas es una cosa, pero hacerlo montado sobre la palabra de Jesús es otra cosa.
Es como decir: “Yo sé, yo entiendo, yo lo vivo, yo lo creo y estoy convencido. Pero ahora tienes algo más poderoso: ¡Una palabra de Dios! que respaldará lo que sabes, lo que tienes y lo que crees. “Llegó el tiempo de Caminar en la promesa de tu llamado.