1Sam 15: 13-14
“ Y Saúl le dijo: Bendito seas tú de Jehová; yo he cumplido la palabra de Jehová. Samuel entonces dijo: ¿Qué balido de ovejas y bramido de vacas es este que yo oigo con mis oídos?”
Las órdenes de Dios son siempre claras.
La posición que ocupaba Saúl era ser Rey de Israel (el Primero) y como tal era el garante de su pueblo. El ejercicio de Saúl fue muy tropezado, sin embargo, Dios le estaba dando una oportunidad más con directrices claras y con responsabilidades directas.
Nosotros debemos entender que cuando somos “Ungidos de Dios”, las reglas no las ponemos nosotros, ni siquiera podemos opinar, ya hay un plan mayor, una voluntad mayor y un propósito Mayor.
Ni siquiera Jesús siendo el Cristo, pudo modificar esa Voluntad orando toda una noche en el Getsemaní. Lo mejor que podemos hacer es seguir la orden y ejecutar el plan.
Antes de pasar el Informe (oración) primero realiza bien las obras
Esta etapa de la historia se divide en dos partes:
- Lo que Dios pide.
Veamos las directrices en la Misión más importante de Saúl:
- Vé contra amalec
- Destruye todo lo que tiene
- No te apiades de él
- Mata a hombres, mujeres, niños y aún los de pecho
- Extermina Vacas, ovejas camellos y asnos
Saúl no comprendía que su Posición en el Reino y su estadía delante de Dios, dependía del cumplimiento de esa orden. Porque ya el venía cojeando y Dios había invertido misericordia sobre él, pero él parecía no entender.
Debes aprender a identificar qué Dios pide de tí.
Hay cosas que debes sacar completamente de tu vida,
Cosas que deben ser destruidas totalmente,
Exterminadas totalmente,
Es una dirección clara de Dios.
¿La razón? Tal vez no la conoces, pero Dios se la había dicho a Samuel, porque Samuel estaba más avanzado en la Revelación y en la comunión.
Lo que Entendió Saúl y terminó haciendo
Las obras de Saúl fueron totalmente contrarias a la directriz de Dios.
En el versículo 9 nos dice que este fue el informe de lo que entendió Saúl y terminó haciendo:
- Perdonó a Agag Rey de amalec
- Perdonó lo mejor de las ovejas
- Perdonó lo más gordo del ganado
- Recuperó todo lo bueno
- No quisieron destruir lo que consideraron valioso
Y Samuel estaba lejos de ese campamento y ya Dios le había manifestado su pesar de haber ungido a Saúl.
Razón tenía Jesús cuando dijo: “Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón” (Mt 6:21)
Saúl valoró mucho más la conexión con un rey pagano, (porque lo salvó) las riquezas, los bienes, la posición, lo gordo y la opinión del pueblo, que lo que Dios dijo.
¡Ten cuidado! A veces Dios te pide dejar, cortar, matar y exterminar, cosas o conexiones o bienes, para probar tu corazón y poder considerarte un ungido genuino.
Debes obedecer y no considerar, debes hacer y no estimar, debes cumplir la comisión sin preguntar porqué.