Señor, sólo Tú conoces mi corazón completamente, por eso con fe y humildad te pido me des la gracia de aprender a echar sobre Tu poder y misericordia, mis miedos, mis ansiedades y mis preocupaciones. Quiero aprender a descansar en Tus brazos y confiar serenamente en que Tu obra guardará mi vida de todo mal, guardará mis pensamientos de toda idea negativa, de derrota, o de duda, y aliviará mis sentidos para que el temor no me gane y caiga en la desesperación.
Camina, como siempre a mi lado Padre para que cada paso que dé este resguardado por Tu presencia, que me garantizará calma, tranquilidad, seguridad y paz y dame la fortaleza mantener mi fe, firme en Ti y en los planes de bien que se que has preparado en mi vida conforme a Tu bondadosa voluntad.
Gracias Señor, porque aún en mis errores me brindas Tu amor y Tu perdón y me das la oportunidad de, corrigiendo mis fallas y desaciertos, poderte servir y glorificar cada día con ánimo renovado y lleno de alegría y gozo.
Que Tu voluntad prevalezca siempre y no la mía Padre. Amen