Génesis 10:32
“Estas son las familias de los hijos de Noé por sus descendencias, en sus naciones; y de estos se esparcieron las naciones en la tierra después del diluvio.”
La humanidad ha cumplido el propósito divino de llenar la tierra. Esto es evidente en el capítulo 10 del Génesis. La Escritura nos presenta los descendientes de los tres hijos de Noé y qué pueblos descendieron de ellos.
Aquí se mencionan unas 70 naciones (lo cual es visto por algunos comentaristas como la razón por la que Jesús separó a setenta discípulos además de los doce). Pueblos, razas, tribus y naciones, seres humanos que serían alcanzados por la gracia soberana del Dios creador.
La evangelización mundial siempre ha estado en los propósitos de Dios. Pero, por desgracia, pasa desapercibido para nuestros propósitos personales. Tanto individual como colectivamente, necesitamos dedicar nuestro tiempo, nuestros talentos y dones espirituales para cumplir con la gran comisión del Señor Jesús.
Dios eligió para sí, antes de la fundación del mundo, a los que serán suyos. Porque tenemos esta certeza, la evangelización es más que necesaria, es estimulada. Dondequiera que llevemos el evangelio, encontraremos corazones sedientos de recibirlo.
Génesis 10 me anima a mirar a las naciones con amor y compasión, considerando mi papel en la proclamación del evangelio a toda criatura.