Génesis 1:1
“En el principio creó Dios los cielos y la tierra.”
La Biblia no trata de demostrar la existencia de Dios.
Sólo comienza con las palabras: En el principio Dios… (Génesis 1:1). La Biblia asume lo obvio; asume que la gente sabe que esto es verdad. Creo que se necesita más fe para creer que Dios no existe; que al revés.
Dios existe. Es el creador del universo y de la humanidad. Aunque los ateos militantes hacen todo lo posible por socavar la fe de quienes deciden creer en la Biblia, la mayoría de las encuestas revelan que los occidentales suelen creer en Dios.
E incluso los que se declaran ateos son, en el mejor de los casos, probablemente sólo agnósticos.
La mayoría de la gente está dispuesta a aceptar la verdad de la existencia del Señor, pero parece que hoy queremos un Dios creado a nuestra imagen y semejanza.
Lo que vemos hoy en día no es una generación que no cree en Dios, sino una generación que cree en un Dios creado según su propia imaginación y puntos de vista.
Con la tecnología que nos permite obtener la información que queremos y cuando la queremos, hoy en día mucha gente parece preferir un Dios cibernético, es decir, un Dios personalizado y a medida, un Dios que dice y hace sólo lo que nosotros queremos.
Un Dios que puedes editar, quitando las partes que no te gustan y dejando sólo las que te gustan. Pero esa no es la manera de conocer verdaderamente al Señor.
No podemos moldear a Dios a nuestra imagen y semejanza. Al contrario: es Él quien quiere moldearnos a su imagen y semejanza.
En el principio, Dios, ahí es donde todo comienza. La Biblia no nos dice de dónde vino Dios. Sólo nos dice quién es Él. Simplemente dice: En el principio, Dios…. Dios siempre ha existido. No tiene principio, ni tiene fin; pues Él es el todo.