Hechos 1.6
“Le preguntaron: Señor Restaurarás el Reino de Israel en éste tiempo? Y Él les dijo: No les toca a ustedes saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola Potestad. Pero ustedes Recibirán Poder…”
“Tal vez lo que estás perdiendo, te está Salvando de Perderte”.
No siempre lo que oras es lo que realmente necesitas. El alma es caprichosa y cuando se une a la carne nacen bajas pasiones y deseos, de modo que las peticiones se convierten en egoístas y vacías.
No siempre lo que deseas y pides, es lo que realmente necesitas. Has una pausa en eso que estás pidiendo y mira a la luz de la palabra cuál sea el motivo por el cual no recibes.
Somos plantados en esta tierra cuál semilla y, poseemos un género diferente al del otro. Nuestro deseo debe estar alineado a nuestra naturaleza y propósito.
Jesús aparece Resucitado. Entendamos la magnitud de ésta frase, estaba frente a ellos el único que había vencido la muerte. Estaban viéndolo sus ojos, estaban oyéndolo, tocándolo y recibiendo “Enseñanzas del Reino”.
La palabra no refleja esas enseñanzas pero Jesús dice: “Ustedes llevarán estás enseñanzas como testigos”. Es decir, el testimonio de los apóstoles era la manifestación de esas enseñanzas. Pero ellos estaban turbados en su corazón con la misma inquietud de hace unos años, la inquietud que dominaba sus pensamientos y nublaba su visión… “¿CUÁNDO RESTAURARÁS EL REINO DE ISRAEL?”.
Jesús les estaba dando una Visión de Resurrección y ellos preocupados por cuando Israel volvería a tener el status de Nación.
Qué Quieres – Qué Necesitas
Jesús regresó de la muerte y no le trajo la respuesta que ellos le habían hecho al principio de su Ministerio… Nunca les dio ésta respuesta. La primera vez los silenció con parábolas, pero esta vez le dijo: “A ustedes no les toca recibir esa respuesta, en cambio les doy Poder”.
Hay gente buscando respuestas absurdas que en nada benefician al Reino. Como cuando Jesús sana en el día de reposo… Muchos querían que Él respetara el día de reposo, pero el que estaba enfermo no le importaba el día, quería ser sano y para Jesús la necesidad del enfermo fue más importante que la necesidad de los religiosos.
No te conviene a ti saber ciertas cosas o recibir ciertas cosas, en cambio recibe el poder que necesitas para no sólo llevar el evangelio, sino para llegar al cielo. Porque el conocimiento fortalece tu vida acá, pero la Revelación del Espíritu en tu vida te lleva allá.