Efesios 4:29
“No digan malas palabras. Al contrario, siempre digan cosas buenas, que ayuden a los demás a crecer espiritualmente, pues eso es muy necesario.”
Leemos cada libro de la Biblia y muchas veces pasamos por alto que son experiencias de hombres que quisieron dejar un legado de conducta, un consejo abierto, una palabra de aliento.
Muchos escriben desde el dolor, otros desde el error, otros desde la persecución, otros desde el exilio, otros desde la cárcel, otros desde el umbral de la muerte. Estos Siempre fueron inspirados por Dios y el Espíritu Santo reposó sobre ellos, pero esto no significa que no sentían lo que escribían o que eran inmunes a las vivencias de éste mundo.
Sin embargo, estas circunstancias no los llevaron a escribir conforme a las Pasiones del Alma.
Escribe porque tu vida es un camino que otros transitarán, cuando vives una prueba, un proceso o un desierto, significa que tu forma de afrontarlo te deja un aprendizaje.
Y aunque salgas de él, un buen acto de bondad es dejar tu legado a los que están próximos a vivir lo que tú viviste. No seas egoísta en tapar los pozos de los cuales otros pueden beber.
No siempre te lo agradecerán, pero tendrás paz que aunque no sea bien recibido, la palabra no regresa vacía y el consejo siempre imparte sabiduría al que lo da y al que lo recibe.