Apocalipsis 1.9-10
Yo Juan, su hermano y copartícipe en la tribulación, estaba en la isla de Patmos por causa de la Palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo. Pero YO ESTABA EN EL ESPÍRITU y oí la gran Voz”
Juan estaba en plena persecución, había sido desterrado, castigado y exiliado a tierras abandonadas. Su Situación no era fácil, ni su salud o su estabilidad Integral.
Sin embargo, él podía gloriarse en una Verdad Poderosa, su Tribulación fue por causa de la Predicación de la Palabra y su testimonio. Él estaba seguro que había invertido de forma correcta su vida aún en tiempos extremos.
Había pasado de estar recostado en el pecho del Maestro a vivir en la soledad, en tribulación y en persecución por parte de las Autoridades del momento.
Pero Juan estaba anclado en las palabras de Jesús: “No teman a los que pueden matar el Cuerpo”, y es que mientras su cuerpo físico se encontraba en una situación terrible, su espíritu era insurgente…
Fijate que él narra su situación y la resume en pocas palabras, ya que detrás se escondía una historia actual de mucho sufrimiento, pero él poderosamente pudo decir: A pesar de todo lo vivido “YO ESTABA EN EL ESPÍRITU”.
Es decir, nada pudo apagar su comunión, su fe, su amor, su oración y relación con el padre. Él sabía que no había autoridad humana sobre su Espíritu, que nada podía apagar la revelación y la voz del Cielo.
Así como Pablo dijo “Aunque esté preso y me aten con Cadenas, llevo dentro de mi la Esperanza de Jesucristo”.
Un espíritu indomable se revela a las autoridades corruptas, se revela a la miseria, a la muerte, a la enfermedad, a los verdugos del cuerpo, a las mentiras del sistema, a los que van en contra de la Palabra y el testimonio de Cristo.
No importa cual sea tu Patmos, hoy es momento para andar en el Espíritu y llegar a la revelación de lo que Dios está por hacer.
Porque ninguna situación humana puede apagar la revelación para los que están en el Espíritu.