Salmos 25:2
“Mi Señor y Dios, a ti dirijo mis ruegos porque en ti confío. No me hagas pasar vergüenza; no permitas que mis enemigos se burlen de mí.”
Señor mi Dios, tu nunca me has abandonado, y aunque atraviese momentos de prueba, circunstancias adversas, confío en que también permanecerás a mi lado para guiarme y protegerme. Gracias por librarme de la enfermedad, de las trampas del enemigo y del miedo, tú has sido mi roca fuerte y mi redentor. Clamo a ti para que renueves mis fuerzas, para que no me dejes perder la Fe y me lleves de tu mano en todo tiempo. Glorifícate en mi vida y muéstrame tu favor una vez más, te entrego a mi familia para que los guardes y los protejas, pues en mi humanidad entiendo que sin ti nada somos y que ninguno de nuestros esfuerzos tienen sentido si tú no estás con nosotros.
En ti descanso amado Dios, confiado estoy, con más Fe y fuerza para avanzar, y lo hago en el nombre de Jesús. Amen,