Isaías 41.10
No temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.
2 Corintios 12.9-10
Pero él me dijo: Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad. Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo. Por eso me regocijo en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo; porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte.
1 Crónicas 16.11
¡Refúgiense en el Señor y en su fuerza, busquen siempre su presencia!
2 Tesalonicenses 3.3
Pero el Señor es fiel, y él los fortalecerá y los protegerá del maligno.
Deuteronomio 31.6
Sean fuertes y valientes. No teman ni se asusten ante esas naciones, pues el SEÑOR su Dios siempre los acompañará; nunca los dejará ni los abandonará.
2 Timoteo 1.7
Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio
Salmos 18:1-2
¡Cuánto te amo, Señor, fuerza mía!
Jeremías 32:17
¡Ah, Señor mi Dios! Tú, con tu gran fuerza y tu brazo poderoso, has hecho los cielos y la tierra. Para ti no hay nada imposible.
Salmos 31:24
Cobren ánimo y ármense de valor, todos los que en el SEÑOR esperan.
Salmos 18:31
¿Quién es Dios, si no el Señor? ¿Quién es la roca, si no nuestro Dios?
Salmos 28:7
El Señor es mi fuerza y mi escudo; mi corazón en él confía; de él recibo ayuda. Mi corazón salta de alegría, y con cánticos le daré gracias.
Salmos 22:4-5
En ti confiaron nuestros padres; confiaron, y tú los libraste; a ti clamaron, y tú los salvaste; se apoyaron en ti, y no los defraudaste.
Deuteronomio 20:4
Porque el SEÑOR tu Dios está contigo; él peleará en favor tuyo y te dará la victoria sobre tus enemigos.