Salmos 56.3-4
“Cuando siento miedo, confío en ti, mi Dios, y te alabo por tus promesas; Confío en ti, mi Dios, y ya no siento miedo. ¡Nadie podrá hacerme daño jamás!”
El miedo es una de las sensaciones más terribles que podemos experimentar, pero cuando conocemos a Dios y comenzamos a ver su poder actuar, nos damos cuenta que no existe temor que le pueda impedir hacer su voluntad.
Para dejar el miedo a un lado debemos aprender a confiar en el padre Eterno, es él quien nos puede hacer descansar y sentir paz.
Oración:
Amado Padre Celestial, gracias por enseñarme que el miedo no me puede vencer y que tú cosas nuevas puedes hacer. Ayúdame en medio de las dificultades cuando sienta temor, recuérdame tu palabra y tus promesas para recobrar la confianza que el enemigo me quiera arrebatar. Pongo en tus manos mis días, mis proyectos y mi familia para que se cumpla tu perfecta voluntad. Saca de m mente pensamientos de miedo, de fracaso y desanimo y pon en mi espíritu de valentía, poder y dominio propio. Amén.