Proverbios 3.24
“Cuando te acuestes, no tendrás temor, sino que te acostarás, y tu sueño será grato”
La oración del creyente tiene poder y actúa aún en medio del sueño, pues hemos creído en un Dios que no descansa y cuyo poder es inagotable.
Cuando oramos, estamos depositando nuestra confianza en Dios, y eso nos permite ser merecedores de su bondad, pues la fe es el canal para ver llegar los milagros y maravillas del creador.
Oración:
Señor Jesús, grande es tu bondad que me has permitido llegar hasta aquí con bien. Ahora que me dispongo a descansar te pido que me permitas recuperar las fuerzas y que me renueves también espiritualmente. Guarda a mi familia, los que me acompañan y los que se encuentran lejos también, líbralos del mal y también líbrame a mí de las trampas del enemigo. En tus manos me siento seguro, y bajo tu cuidado encomiendo mi vida cada día. Amén.