Salmos 32:7-8
“Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia; con cánticos de liberación me rodearás. Selah Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos.”
Cuando nos encontramos perdidos, aturdidos y solos, el Eterno trae a nuestra memoria estos pasajes para recordarnos que el siempre será nuestro refugio.
No solo nos acompaña, sino que nos muestra la salida, nos abre las puertas a un camino bonito lleno de bendiciones por donde nuestro transitar no será fácil, pero si será posible y maravilloso al andar de su mano.
Oración:
Señor, gracias por bendecirme con Tus maravillosos galardones, constantes y por ello, invariables: Tu amor, Tus enseñanzas, Tus promesas. Fortalece en mí la voluntad de confiar en Tu poder de manera perseverante y sin dudas, con la seguridad de que cada día estás obrando y transformándome conforme a Tu plan para mi vida. Gracias porque sé que Tu presencia me acompaña e incluso en este mismo momento Tu mano se posa sobre mí para protegerme, guiarme e iluminarme el camino.