La herencia Eterna de Dios

2 Corintios 4:18

“No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas. Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos.”

La cultura de hoy en día, la globalización y otras tendencias sociales, nos invitan a consumir. Nos alientan a seguir la receta de que ‘más es mejor’. En la mente nos venden la idea de que lo nuevo es mejor que lo viejo y que cada día debemos actualizarnos, comprar la nueva moda y andar al ritmo de esas innovaciones.

Al proceder así, descuidamos un poco la palabra del Señor y una filosofía de vida básica que es constantemente pasada por alto: vivir en la sencillez, preocupándonos solo por el presente y no por el día que vendrá, dando valor al crecimiento espiritual en Cristo y no a la abundancia material.

El Apóstol Pablo nos recuerda que los bienes del mundo son temporales, pero las bendiciones de Dios son eternas y no pueden ser destruidas. De allí que es mejor procurar bendiciones eternas del Señor mas que codicia por lo material.

Pide a Dios hoy, que llene tu vida con lo eterno. Ora porque te de sabiduría para anteponer el crecimiento de tu espíritu a los bienes materiales del mundo.

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