Malaquías 4:2
“Más a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada.”
Señor, Tú hiciste mi cuerpo, y creo que tú tienes el poder para repararlo y restaurarlo. Tú conoces mi mente y mis pensamientos, y puedes mostrarme la verdad.
Tú me diste un alma y puedes darme paz. Las limitaciones de este mundo no tienen poder sobre ti. Puedes intervenir para restaurar cualquier parte de mi vida, ya sea en el ámbito físico, mental, espiritual o emocional. Sé que me amas lo suficiente como para hacer un enorme sacrificio a favor mío. También prometes que en la eternidad tendré completa sanidad.
Con la certeza de tu amor por mí y la esperanza de tu promesa de completa sanidad eventual, tengo lo que necesito para resistir y esperar a que tu poder de sanidad me restaure por completo.