Malaquías 4:2
“Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada.”
En algún momento nos ha pasado a lo largo de la vida que sentimos que no hay una salida, no hay esperanza. Pero es en momentos como ese que el Eterno encuentra la ocasión para que nos fijemos en su llamado de atención, y nos demos cuenta que el tiene planes de bien para nosotros, que son el mejor camino y la mejor salida.
Dios es nuestra esperanza, su nombre es sinónimo de sanidad, salvación, vida y Eternidad. Por él fueron y serán todas las cosas, y su deseo es que nos apropiemos de las maravillosas promesas que tiene para nosotros.
Oración:
Amado Padre Celestial, gracias por mostrarme tu luz cuando he estado rodeado de tinieblas. Bendito sea tu nombre que nos liberta y nos trae esperanza y vida. Permite que en mi andar siempre me acuerde de tu nombre para invocarlo y alcanzar salvación, más no me dejes caminar si no es de tu mano. En el nombre de Jesús encomiendo a mi familia, mi futuro y cada uno de mis días, quiero andar conforme a tu palabra y vivir una vida agradable a tus ojos. Amén.