Mateo 6:11
“El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.”
El sustento diario ha sido siempre una de las cuestiones más complejas de nuestra vida; hemos sido testigos o hemos tomado conciencia de hechos y acciones cometidos en nombre de asegurar la alimentación para nosotros o para nuestros hijos.
El reconocimiento de que es Dios quien nos provee es una manifestación de la fe personal, y no esa fe que se manifiesta sólo en los momentos difíciles, cuando muchos sólo acuden a la persona de Dios cuando no tienen esperanza de resolución por sus propios recursos o capacidad.
Jesús quería que sus oyentes comprendieran, y nosotros también, que el ejercicio de una fe verdadera, continua y completa les llevaría a una dependencia espiritual capaz de vivir la seguridad de la acción sobrenatural del Señor, de tal manera que la provisión necesaria para cada día estaría a disposición de sus siervos (Ver Salmo 37:25).
Vivir una fe en esta línea es una experiencia intensa, única y transformadora que está al alcance de quienes buscan a Jesús de corazón y le dan la oportunidad de interactuar en sus vidas.
Confiar al Señor el sustento diario a través de la oración sincera es un gran comienzo para experimentar innumerables bendiciones y también una relación eterna con Dios.