Mateo 6:9
“Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.”
La oración es una actitud interior del siervo para dirigirse a su Señor.
En el versículo de hoy, Jesús subraya la relación que debemos tener con Dios: “Padre nuestro”, ¡o podemos orar a un Dios que no reconocemos como Padre! Se trata de una nueva relación de intimidad; “que estás en el cielo”, muestra el reconocimiento de la grandeza y divinidad de nuestro Dios y que no hay necesidad de intermediarios, salvo el propio Cristo; y “santificado sea tu nombre”, muestra el principio de la autoridad y el valor del nombre de Dios, para que evitemos jurar, prometer o usar su nombre en vano.
Oración:
Señor mi Dios, Padre Celestial, reconocemos tu grandeza y te damos gracias por revelarla a nosotros. Bendito sea tu nombre por siempre y la salvación que obtenemos por medio de tu gran sacrificio.
Pon en nuestros corazones el anhelo de tener una relación estrecha contigo y continuar recibiendo las bendiciones que tienes para tus hijos. Ayúdanos a ser obedientes y guardar tu Ley. Amén.