Proverbios 4:23
“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida”
Debemos cuidar nuestros corazones. ¡Este es un mandamiento del Señor! El corazón es el centro de nuestra alma, representa la fuerza vital del ser humano, y también la vida interior que abarca los deseos y las emociones.
Por eso no puede haber en nosotros: falta de perdón, incredulidad, orgullo, avaricia, inmoralidad, o cualquier otro sentimiento que nos aleje de Dios. Al contrario, debemos tener un corazón humilde, agradecido, amoroso, alegre y ardiente por la presencia del Señor.
Oración:
Señor, por favor ayúdame a mantener mi corazón alejado de los deseos carnales, y de las pasiones y tentaciones de este mundo. ¡Llena mi corazón con tu Espíritu Santo! Toma mi vida y endereza mis caminos, sana mis emociones, restaura mi alegría y santifica mis deseos, de forma que mi vida Te sea agradable y sean también un testimonio de la maravillosa transformación que realizas en el corazón de los que Te siguen con fidelidad.