Salmos 25:12-13
“Quién es el hombre que teme a Jehová? Él le enseñará el camino que ha de escoger. Gozará él de bienestar, Y su descendencia heredará la tierra.”
Cuanto más nos acercamos a Dios, espiritualmente, más profundamente le conocemos; esto nos hará mejores servidores y más dependientes de Él. Aquí está la gran pregunta: la gente confunde esta dependencia con una intervención directa y subyugante de Dios en la vida y los pensamientos del hombre.
Pensando así, no se permiten vivir una experiencia con Dios, muchos pierden la oportunidad de transformar sus vidas a través de una fe auténtica e impactante.
Pero, por otro lado, si el hombre se deja alcanzar por la voluntad de Dios estará cerca de un cambio completo y verdadero de sus convicciones espirituales, y no sólo de las religiosas.
El salmista señala que la acción de Dios no pasa por una actitud de fuerza; ven aquí, oh hombre, y hazlo así, porque yo te lo ordeno. ¡Así no es como actúa el Señor! Más bien, Él enseña el camino, pero la decisión de elegir la dirección es propia del hombre, que puede o no seguirla.
Hoy en día, a través de la fe en Cristo, podemos vivir la certeza de la Vida Eterna expresada en la Palabra de Dios mediante un camino enseñado por Dios mismo y puesto a nuestra disposición para que podamos elegir, de forma voluntaria y sin ataduras, seguirlo o no.