Proverbios 2:8
“Es el que guarda las veredas del juicio, Y preserva el camino de sus santos.”
En la palabra de Salomón, encontramos el propósito de la protección del Señor como nuestro escudo; Él quiere que guardemos sus sendas (sus caminos) para que no nos perdamos en los senderos ofrecidos por el mundo y sus filosofías.
Dios tiene cuidado e interés en mantener a sus siervos siempre en la dirección correcta, quiere que nuestras vidas sean lo más tranquilas y felices posible. Es normal que de vez en cuando nos encontremos con situaciones adversas y complicadas, pero si las evaluamos con detenimiento, nos daremos cuenta de que la mayoría de ellas son el resultado de nuestras elecciones personales, de nuestros caminos.
Ser dirigido por Dios no significa renunciar a tu personalidad ni, mucho menos, dejar que otros hombres te digan qué hacer y cómo hacerlo. Existe una gran confusión sobre la forma en que Dios habla y dirige la vida de su siervo, esto ha impedido que muchas personas se mantengan cerca de Él y terminan tomando decisiones precipitadas y perjudiciales. El Señor quiere guiarnos, protegernos y enseñarnos; pero para que eso ocurra, ¡tenemos que desearlo y confiar en Él!
Sé que es muy intrigante y difícil para la mayoría de las personas, pero sólo con la prueba personal podrán sentir y vivir la dirección de Dios. Déjate guiar por Él, haz una experiencia, comparte tus planes con Él y estate atento, te sorprenderán sus respuestas.