Salmos 19:1
“Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos.”
En el versículo de hoy, vemos la exaltación del salmista al Señor, por todo lo que ha creado y cómo esto se relaciona con la vida de cada uno de nosotros. David comienza el Salmo 19 haciendo una declaración sobre la manifestación de la persona de Dios:
“Los cielos cuentan la gloria de Dios”. Es imposible mirar los cielos, desde cualquier lugar, y no percibir su grandeza e inmensa belleza; los cielos no se pueden medir con valores humanos, ¡así es la gloria de Dios! Hay que verla con los ojos de la fe y sentirla en Su apoyo y Su guía durante las pruebas de la vida.
David afirma además que la tierra, el lugar donde habitamos, «el firmamento», fue modelado por Dios con sus propias manos; el Señor lo modeló todo y a todos. Esta es una relación que no podemos despreciar, porque Él ha preparado todas las cosas, y después de darles forma, nos las ha dado todas para que las disfrutemos.
Mira hacia arriba y ve la gloria de Dios, evidenciada por los cielos… ¡mira hacia abajo y ve el soporte para tus pies, creado por las manos del Señor