Dios es digno de toda la alabanza y la exaltación. Alabar es una muestra de amor, agradecimiento y lealtad hacia el Padre celestial, quien nunca nos desampara.
Si tienes una petición, o simplemente quieres decir “Gracias” al Dios Eterno, entonces sigue esta serie de alabanzas que el Padre recibirá con agrado desde su trono.