Mateo 8:2-4.
“Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció. Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; sino ve, muéstrate al sacerdote, y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para testimonio a ellos.”
Mucha gente que se acercó a Jesús, tuvo la oportunidad de tener mucho más; sin embargo, la gran mayoría perdió la oportunidad, porque solo pensaron en lo efímero, y le dieron mayor importancia que a lo que realmente es importante
El ciego Bartimeo recibió de Jesús, la misma oportunidad que el rey Salomón cuando le dijo: pide lo que quieras, Salomón entendió que las cosas de aquí pasan, así que no pidió bienes ni poder, ni riquezas, ni destruir a sus enemigos, pidió sabiduría para gobernar y obtuvo todo lo que no pidió, pero Bertimeo, solo pidió la vista, que luego volvió a perder cuando muere.
En esta oportunidad, este leproso le dijo a Jesús, si quieres puedes limpiarme, el está reconociendo que Jesús tiene el poder para cambiar las cosas, pero no pidió convertirse en un predicador, en un gobernante útil, en alguien que hiciera algo útil, solo pidió, ser limpio de su lepra, para él, eso era suficiente, esa era su prioridad, para él era suficiente, el no miró que Jesús podía hacer mucho más por él.
Jesús lo podía hacer todo, porque aunque era hombre, tenía toda la autoridad del padre, para hacer lo que quisiera, así que si Jesús te dice que hagas algo, aunque no lo entiendas y te parezca algo tonto o sin sentido, hazlo, porqué él siempre tiene un propósito en lo que te ordena hacer.
En el caso de este leproso, Jesús lo envió a presentar la ofrenda que mandó Moisés, tal vez Jesús quería hacer algo más con él, no solo limpiarlo, sino hacer de él un gran ministro, pero él no regresó, no se sabe más nada de él.
Así pasa con mucha gente que Dios comenzó a bendecir y a usar, pero ellos se detuvieron, no aspiraron más, se conformaron con lo poco que Dios les dio y se quedaron ahí estancados, ignorando que Dios quería darles mucho más, si aquel leproso regresa, Dios hubiera hecho mucho más.
No te conformes con lo que ya tienes, Dios quiere darte mucho más.