”Cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna”
Cuando Dios te pide algo, es porque está dispuesto a darte más, Dios no te pide tu casa para que quedes sin techo.
Dios no te pide dinero para dejarte pasando hambre.
Dios no te pide servirle para que pases trabajo.
Él dijo: no hay quien deje: padre, heredad, casa, en este siglo, que no reciba cien veces más aquí en esta tierra, y en el siglo venidero, la vida eterna.
Dios le pidió fidelidad a Abraham, y por ella lo perdió todo, pero Dios le dio el doble.
Estoy seguro que si aquellos convidados, hubieran aplazados sus compromisos y hubieran acudido al llamado, Dios les hubiera dado el doble de lo que ellos dejaron.
Si estás dispuesto a servir a Dios y el te dará el doble.