Mateo 6:12
“Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.”
Muchas veces apelamos al maravilloso don de Dios que nos perdona de todos nuestros pecados, no importa cual haya sido. Sabiendo esto nos gozamos en esa maravillosa verdad y tomamos el beneficio sabiendo que Dios es amor y perdón.
Pero muchas veces nos olvidamos de ese requisito esencial para hallar perdón delante de Dios, se trata de lo que dice en el libro de Mateo 6.12 “perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores”. Dios nos pone una condición para perdonar, uno que nos quitara un gran peso de encima y un pecado también, se trata de la falta de perdón.
No podemos pretender que Dios nos perdone por haber hecho lo malo, mientras que en nuestro corazón hay rencor y falta de perdón en contra de aquellos que nos faltaron a nosotros, si nos colocamos en una balanza somos iguales, hemos hecho lo malo delante de Dios, al igual que nuestro prójimo que nos ofendió o hizo lo malo.
La falta de perdón es pecado y nos impide tener un corazón limpio, lleno de paz y libre para amar a Dios, la falta de perdón representa un gran peso que nos ancla en el pasado y nos impide disfrutar del ahora. Dios nos puede conducir hacia ese perdón, por mas grande que haya sido la ofensa de la mano de Dios podremos perdonar y estar en paz con Dios y con el hombre.