Salmos 42:5
“Espera en Dios, yo daré gracias a Él, El es la Salvación de mi semblante”
Las circunstancias adversas producen una inquietud que abaten el alma y entristecen el Espíritu. George Mueller dijo: “El principio de la inquietud es el fin de la fe, y el comienzo de la verdadera fe es el fin de la inquietud.”
En el Salmo 42, David sintió esa inquietud en su ser y le pregunta a su alma ¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí?, pero en medio de su abatimiento reacciona, el levanta sus ojos al cielo y dice:
“Espera en Dios, yo daré gracias a Él, El es la Salvación de mi semblante” (Salmos 42:5)
Oración:
Querido Padre, Tú eres la razón de mi adoración, Tú eres la razón de mi vida, en Ti mi alma encuentra descanso y Shalom (Paz), sin Ti mi alma está abatida, turbada, pero cuando encuentro en la adoración, la intimidad contigo, entonces mi corazón es consolado, y lleno de Tu amor. Enséñame a esperar en Ti, a esperar por tu ayuda y cuidado, y a confiar siempre en Tu poder que todo lo puede.
Amén.