Salmos 66:18-19
“Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, El Señor no me habría escuchado. Mas ciertamente me escuchó Dios; atendió a la voz de mi súplica.”
Porque Dios permite que todas las cosas obren para bien, incluso aquellas que consideramos como errores cometidos, estos muchas veces son lo que Dios usa para que seamos humildes y no perdamos el horizonte de su presencia dándole paso a la arrogancia creyendo que hemos encontrado la perfección.
Ante cualquier circunstancia la oración traerá la respuesta que tu vida necesita.
Oración:
Querido Padre, ayúdame a resistir la tentación de desobedecerte. No quiero hacer nada que hiciera que mis oraciones no fueran contestadas. Ayúdame a ni siquiera pensar ni actuar de una forma que te desagrade. Deseo hacer sólo las cosas que te glorifican. Capacítame para hacerlas. Quiero vivir de la forma que tú quieres que viva para poder disfrutar todo lo que tienes para mí.