Proverbios 2:2
“Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; Si inclinares tu corazón a la prudencia.”
Dios continúa en su diálogo con su siervo y ahora aborda la condición de la atención, que es fundamental para que él, el siervo, pueda ganar en calidad de relación.
Si es necesario que el hombre elija, que tome una decisión, que opte por recibir de Dios para que lo guíe en la vida, es igualmente necesario que preste atención a las indicaciones que le ofrece. No basta con oír, con asistir, con declararse practicantes de tal o cual fe, lo que Dios espera del hombre es la fe.
La sabiduría y la comprensión son dos bendiciones que están a nuestra disposición por nuestra voluntad de buscarlas en las palabras que Dios ha apartado para nuestra instrucción.
La sabiduría es la capacidad de absorber las experiencias vividas, positivas o negativas, y aplicarlas de forma productiva en nuestra propia vida.
La comprensión tiene que ver con la condición de vivir bajo la guía que Dios nos da, es decir, es el resultado de nuestra capacidad de entender lo que Él quiere para nuestra vida, y de vivir de esa manera.