La justicia en una persona debe mostrar santidad en sus actuaciones, podemos ver cómo cada uno de los Patriarcas cumplió Torah alcanzando a ser hombres que viven apartados para Dios y como el Eterno los levantó para demostrar su justicia.
Nosotros como personas entendidas en la palabra del Dios altísimo debemos cumplir sus mandamientos en nuestras vidas, aunque sabemos que el camino del justo no está libre de pruebas, y nuestro Salvador tiene cuidado de nosotros levantando y sosteniendo en todo momento a su pueblo cuando cae.
Cada uno de los Santos que recibió un legado del Eterno lo alcanzó a través de la obediencia, desde Noé quien salvó a su remanente familia entendida en el Padre Eterno, a pesar de que perecieron el resto de la humanidad, con un Abrahán que se aferró a un pacto clamando con justicia la vida de los justos, así como también, la grandeza de un Moisés quien oraba intercediendo por la vida de sus hermanos Yisraelitas a pesar de que la justicia del Padre tenía que cumplirse; la decisión está en nosotros y debemos reconocer que El único justo es YHVH Tzevaot y que sin El somos nada.