Ante los ojos del Eterno Noé fue un hombre justo, a pesar que desde la creación del hombre El Eterno entrego su bendita Torah y fue desobedecida, pero hubo un remanente que mantuvo el cumplimiento de sus mandamientos, y esto lo vemos a través de Noé, quien a pesar del juicio que El Eterno trajo a la tierra lo guardo salvando su vida y a la de su familia.
Una persona que vive en santidad puede salvar a su descendencia, parte de este tipo de persona es ser obediente ante las ordenanzas que El Eterno tiene para con su pueblo; Noé hizo lo que se le ordeno construyendo un Arca, el activo su Fe, para poder ver la bendición en su vida.
(Romanos 1:17). Unas de las cualidades de ser un hombre que vive en santidad en Noé fue el ser agradecido, él sabía que las ofrendas eran olor agradable para El Eterno, y al ser salvo fue la primera acción que hizo, reconociendo a YHVH como un Dios justo.
Génesis 8:20-21
“Y edificó Noé un altar a Yahveh, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar. Y percibió Jehová olor grato; y dijo Yahveh en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud; ni volveré más a destruir todo ser viviente, como he hecho.”